Creo que en este tiempo aprendí a desintoxicar mi mente. Ya no tengo tantas culpas, los recuerdos no me rompen, estoy más feliz. Si, estoy feliz.
Una anécdota que refleja un poco de mi reciente felicidad;
El otro día mi profesor de guitarra me dijo que "nota una sensibilidad en mí con respecto a la música" y dijo que si yo practico y le pongo ganas, voy a llegar a ser una muy buena guitarrista.
El recuerdo de ese día me saca una sonrisa cada vez que se cruza en mi mente; vuelvo a ese momento y a mi felicidad, y a la esquina de havanna, al café humeante y la cara de Bianca, que reflejaba el rojo de las luces y el atardecer atrás de ella. (Si, a Bianca la re quiero).
Tras tanta mierda, ese día (aunque suene tonto) me cambió. Hacía mucho tiempo no la pasaba tan bien con algo tan cotidiano como una clase de guitarra y una charla de amigas. Ese día amé lo que tengo, lo que la vida me dió y la gente que conocí. Y si tengo que sacar una idea (o una promesa) de todo esto, sería mas o menos asi...
"A partir de hoy voy a despertarme y pensar en todo lo bueno de mi vida. Voy a darle un beso en la frente a mi vieja, voy a dejar que Luni me de besos llenos de baba perruna, voy a charlar con mis amigos, disfrutar de la natura, escuchar más Spinetta, dejar pasar y volver a recomponerme."
Si, eso es lo que voy a hacer.
Sin más, me despido. A vos que leés esto, ¡suerte!
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